Este libro es la respuesta a la incertidumbre que muchos padres sienten ante el consumo de drogas por los adolescentes. Lejos de la alarma innecesaria, los autores ofrecen pautas para situar el problema en su justa medida y, sobre todo, para anticiparse a lo que no tiene por qué ser inevitable: que nuestros hijos se droguen.
En él se ofrecen instrumentos para que los padres no sean los últimos en enterarse y también indica salidas para cuando hay que enfrentarse al consumo esporádico o habitual.
De ese modo, ante preguntas como:
¿qué hacer si Ilega con una planta de «maría» a casa o confiesa que ya ha probado los porros?;
¿hasta dónde hay que pelear por los horarios?;
¿cómo debemos actuar si creemos que consume drogas?;
¿qué hacen cuando van de marcha o asisten a una «rave»?,
esta obra proporciona respuestas claras, ponderadas y, sobre todo, eficaces, lo que la convierte en un instrumento valiosísimo para los padres que se enfrentan a esta preocupación.