En el otoño de 1944, alrededor de 56.000 alemanes del XIX Cuerpo de Montaña, al mando del general Ferdinand Jodl, -hermano del mariscal Alfred Jodl- ocupaban una línea de fortificaciones a unos 70 kilómetros al noroeste de Murmansk, muy cerca del Círculo Polar Ártico. Para expulsar a estas fuerzas del territorio soviético, el Alto Mando soviético (STAVKA) ordenó al general K. A. Meretskov, del Frente de Carelia, que planificara y ejecutara una ofensiva, apoyada por la Flota del Norte bajo el mando del almirante A. G. Golovko.
Con aproximadamente 96.000 soldados, el ejército soviético organizó una ofensiva con dos cuerpos de fusileros y dos fuerzas que atacasen los flancos germanos para rodearles y evitar su retirada, que incluían brigadas de infantería naval y cuerpos ligeros de fusileros. La ofensiva fue respaldada por más de 2.100 piezas de artillería y morteros, 110 tanques y una clara superioridad aérea. Tropas de ingenieros se infiltraron hasta 50 kilómetros detrás de las posiciones alemanas para realizar tareas de reconocimiento y sabotajes antes del ataque.
