Irán, agosto de 1953, El control del petróleo está en juego. El primer ministro democráticamente elegido,, Mossadegh, ha nacionalizado la Anglo-Iranian OH Company con el consiguiens revuelo de las potencias occidentales Gran Bretaña convence a Eisenhower, presidente de Estados Unidos, de que Irán camina hacia el comunismo. La CIA toma el mando de las operaciones y provoca un golpe de Estado que restaurará la monarquía en la figura del sha Muhammad Reza. Este impondrá una toda que se prolongará -sirviendo a los intereses de Estado Unidos- hasta 1979, año de la revolución islámica encabezada por el ayatolá Jomeini, un movimiento radical que inspirará buena parte de los fundamental ¡si-nos y del antiamericanismo que atraviesan el mundo islámico.
Esa es la toma que kinzer -veterano corresponsal del New York Times- reconstruye como si de un thriller político se tratase. Con un ritmo imparable desfilan por estas páginas espías, saboteadores, agentes secretos y militares mientras se describen sobornos, falsos levantamientos populares y maletas llenas de billetes. Ente los personajes encontrarnos a un joven sha aterrorizado, un agente de la CIA, Kermit Roosevelt, nieto del presidente Roosevelt, y al mismo general Norman Schwarzkopf, padre del comandante en jefe de la guerra del Godo.
No es muy descabellado -sostiene Kinzer- trazar una línea que una el golpe de estado de la CIA, pasando por el régimen represivo del sha y la revolución islámica, con los atentados suicidas que derribaron las Torres Gemelas de Nueva York.
Irán, agosto de 1953. El control del petróleo está en juego. El primer ministro democráticamente elegido, Mossadegh, ha nacionalizado la Anglo-Iranian Oil Company con el consiguiente revuelo de las potencias occidentales. Gran Bretaña convence a Eisenhower, presidente de Estados Unidos, de que Irán camina hacia el comunismo. La CIA toma el mando de las operaciones y provoca un golpe de Estado que restaurará la monarquía en la figura del sha Muhammad Reza. Este impondrá una tiranía que se prolongará -sirviendo a los intereses de Estado Unidos- hasta 1979, año de la revolución islámica encabezada por el ayatolá Jomeini, un movimiento radical que inspirará buena parte de los fundamentalismos y del antiamericanismo que atraviesan el mundo islámico.
Esta es la trama que Kinzer -veterano corresponsal del New York Times- reconstruye como si de un thriller político se tratase. Con un ritmo imparable desfilan por estas páginas espías, saboteadores, agentes secretos y militares mientras se describen sobornos, falsos levantamientos populares y maletas llenas de billetes. Entre los personajes encontramos a un joven sha aterrorizado, un agente de la CIA, Kermit Roosevelt, nieto del presidente Roosevelt, y al mismo general Norman Schwarzkopf, padre del comandante en jefe de la guerra del Golfo.
No es muy descabellado -sostiene Kinzer- trazar una línea que una el golpe de estado de la CIA, pasando por el régimen represivo del sha y la revolución islámica, con los atentados suicidas que derribaron las Torres Gemelas de Nueva York.
«La brillante reconstrucción que hace Kinzer del golpe en Irán resulta aún más fascinante por el hecho de ser verdad.»
GORE VIDAL
«Un caso de estudio perfectamente investigado sobre la absurda locura de la "construcción nacional". Los lectores británicos y estadounidenses deberían enrojecer de vergüenza.»
JOHN LE CARRÉ