El territorio entendido como una casa común sobre la que decidir de manera colectiva: esa es la premisa de este espléndido ensayo firmado por el geógrafo Ícaro Obeso Muñiz. Partiendo de un verso de la canción La flor de la manzana de Nacho Vegas, el investigador asturiano se pregunta si la competitividad por el uso del suelo y la búsqueda de su rentabilidad no están definiendo ya el modelo de ordenación territorial asturiano. Para ello, Obeso expone distintos casos que han transformado Asturias en las últimas décadas.
Los efectos de las áreas industriales, la implantación de grandes equipamientos comerciales o la transformación de las zonas rurales reconvertidas en segundas residencias son analizados en este MANIFIESTU en el que también se explican los instrumentos que intervienen en esa ordenación: planes, directrices y modelos, muchas veces sin una jerarquía clara, que con algún comodín como la ley PIER podrían estar convirtiendo el paraíso asturiano en un casino en plena selva donde la banca siempre gana.