Un recorrido por los lugares emblemáticos de la Barcelona más revolucionaria. Con su habilidad para el reportaje, y con el tono histórico per entretenido que caracteriza sus artículos para El País, Guillem Martínez nos presenta un recorrido por la rosa de foc, la Diada las huelgas anarcosindicalistas, las jornadas de mayo de la Guerra Civil, las revueltas de 1648 y tantos otros momentos y lugares de la geografía humana de Barcelona. Un libro imprescindible.
Un libro inteligente, culto y divertido donde la anécdota y los personajes fascinantes se mezclan con el urbanismo y la historia política.
Un recorrido por los lugares emblemáticos de la Barcelona más revolucionaria.
Engels dijo que Barcelona es la ciudad del mundo que más levantamientos ha producido. Lo que equivale a decir que también es la ciudad que más aplastamientos ha sufrido. Y lo malo de las cosas aplastadas es que son difíciles de observar a través de lo que tienen encima. Barcelona rebelde intenta ver la Barcelona que hay debajo de Barcelona, y que aún subsiste, si uno se fija, entre sus calles.
Es una Barcelona con una historia diferente a la que se le presupone, con encontronazos con España y con Cataluña. Una Barcelona que empezó a liarla muy pronto y que irá chocando con la autoridad del rey de Aragón primero, y con la de los sucesivos reyes de España después. Proclamó la república en el siglo XVII, con un par, y padeció en el siglo XVIII lo que fue la primera guerra civil con el canon español de guerra civil (asesinatos, exilio, represalias). En el XIX se enfrentó a la explotación y al Estado, y asistió a ejercicios de represión difíciles de imaginar cuando se pasea por Barcelona un día de sol y pajaritos. En el siglo XX ha vivido dos revoluciones libertarias, los primeros bombardeos sobre población civil, la dictadura fascista más longeva de Europa y la represión más dilatada. Y, paralelamente, a lo largo de los siglos y en esas mismas calles, Barcelona ha generado también una forma de vida privada propia, extraña en la Península, que maravilló a tipos como Cervantes, Moratín o Genet, y con la que sus ciudadanos, esos con los que te cruzas en esas esas calles de Barcelona, formulan su rebeldía íntima.