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28 NOV

“Yo entiendo la política como diálogo, cambio y avance”

Cerca de una veintena de personas acudieron al espacio cultural de La Pilarica a la presentación del nuevo libro de Gaspar Llamazares, “Del sueño democrático a la pesadilla populista” (Isidora Ediciones).
“Yo entiendo la política como diálogo, cambio y avance”

Toda una vida dedicada a la política. Gaspar Llamazares fue Coordinador General de Izquierda Unida y diputado en la Junta General del Principado de Asturias y en el Congreso de los Diputados, y en la actualidad le podemos ver como analista político en el programa de La Sexta, Al rojo vivo. En esta ocasión acudió al espacio cultural de la librería La Pilarica a presentar su último libro, “Del sueño democrático a la pesadilla populista” (Isidora Ediciones), en el que analiza y reflexiona sobre los populismos, el sueño de la democracia y la actualidad política de nuestro país.

- ¿Cómo y porqué entra uno en política?

Yo era representante de los alumnos en los últimos cursos de Bachiller, luego en la Universidad y en torno a esa representación montamos una revista que se llamaba Vocetos, universidad y sanidad a debate, y a partir de ahí yo ya no se diferenciar que fue la militancia social y que fue la militancia política. Después del 23F entramos un grupo de alumnos de Medicina en el Partido Comunista, la idea nuestra era que la democracia estaba en peligro y que había que comprometerse. Desde entonces he estado vinculado a la izquierda y a Izquierda Unida.

- Una vida dedicada a la política…

A veces mi mujer me dice que tengo el corazón partido, por una parte la familia y por otra parte el partido o la izquierda. Desde que era chaval estoy en política.

- ¿Eran mejor los políticos de antes a los de ahora?

No tengo esa idea nostálgica de la política, quizás hay una parte épica de la política que es la de nuestros padres, la gente que estuvo comprometida en la época de la dictadura. A mí me enseñaron que la política era la forma de organizar la sociedad pero al mismo tiempo era un territorio de frustración, que las ideas y los proyectos se quedan siempre a medio camino.

- ¿Se puede decir entonces que lo que ha cambiado es la sociedad?

Creo que la sociedad ha cambiado y como consecuencia también ha cambiado la política. No es lo mismo la política de la sociedad analógica que la digital. Con el 15M también estalló una forma de relacionarse y cambió la forma de hacer política, con la emergencia del populismo, que en occidente se puede denominar, en términos clínicos, un delirio megalómano. El populismo se hace fuerte cuando la democracia es débil, y en estos momentos pasa un momento de debilidad.

- ¿Qué es lo mejor y lo peor de estar en política?

Lo mejor ha sido poder asistir a los procesos sociales, prácticamente en directo, siendo parte de ese proceso. Lo peor, nuestras peleas internas, en particular en la izquierda. La política en la izquierda tiene una parte muy importante de sacrificio y de negación, y eso provoca una dinámica interna muy bronca, muy de conflicto. Esto es lo que peor he llevado, ahora me libera muchísimo no tener ninguna responsabilidad orgánica.

- ¿Qué le faltó a Podemos para llegar al poder, para llevar a cabo el famoso sorpasso?

Me recuerda a la historia de Syriza en Grecia. Estos procesos populistas son como el soufflé, una efervescencia muy rápida pero luego no se consolida el cambio. Podemos estar asistiendo a un momento definitorio del futuro de la izquierda, y es el momento en el que una parte de Podemos tiene la tentación de volver al populismo como forma de recuperar oxígeno, mientras otra parte, que yo asimilo con Yolanda Díaz, que cree que lo hay que hacer es desarrollar políticas y cambios concretos que sean percibidos por la mayoría social, ideas con las que me identifico. Yo entiendo la política como diálogo, cambio, avance… esos elementos que fueron la política de nuestros padres y nuestros abuelos y que deberían ser el futuro de la izquierda.

- Otra forma de populismo es el de la señora Ayuso en Madrid, ¿cómo fue posible su llegada al poder?

Estamos ante un populismo neonacionalista, un populismo muy de derechas, muy de extrema derecha. La democracia hay que defenderla todos los días, no está garantizada.

- ¿Cómo ves el futuro de España y Asturias en el terreno político?

El futuro está en nuestras manos, depende de nosotros mismos. Yo creo que hay que regenerar la vida democrática y dejar en un segundo plano al populismo, esto depende del trabajo de los partidos políticos, de su regeneración, de la actividad parlamentaria… salirse un poco del esquema del insulto. También depende de otros muchos colectivos sociales, empresariales, culturales… que apuesten por la complejidad y la pluralidad de la democracia frente a la simplificación y el autoritarismo del populismo.

 

 

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