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04 OCT

Una Cuenca de literatura negra

El espacio cultural de la librería La Pilarica fue el escenario de la presentación del libro “Sangre en la Cuenca”, de la escritora gijonesa Pilar Sánchez Vicente, reeditado por la editorial Orpheus Ediciones Clandestinas dentro de la colección PSV
Una Cuenca de literatura negra

Varias colaboraciones literarias, novelas, tanto históricas como de temática negra, un comic… Además, ha sido presidenta de la Asociación Asturiana de Archiveros, Documentalistas y Museólogos (AABADOM), de la Asociación de Escritores y Escritoras de Asturias (AEA) y ha logrado distintos reconocimientos de ámbito regional, como el Premio Timón o el Comadre de Oro Especial e incluso un premio que concede el Telecable Hockey Club de Gijón lleva su nombre. Estamos hablando de Pilar Sánchez Vicente, que presentó la obra “Sangre en la Cuenca” en el espacio cultural de la librería La Pilarica. Se trata de una de sus obras agotadas y que está reeditando la editorial Orpheus Ediciones Clandestinas, incluida en la colección PSV y en la que también se encuentran “Comadres”, “Gontrodo, la hija de la luna”, “Luciérnagas en la memoria” y “Operación Dracul”.

Un libro que transcurre principalmente por la cuenca del Nalón. “No pude encontrar un marco más negro para una novela negra… además tuve la suerte de poder hacer bastante trabajo de campo por Langreo para localizar los distintos lugares que aparecen en la obra. La Cuenca podría ser Liverpool o Manchester. La idea era darle una dimensión más internacional y mostrar que no estamos tan de capa caída, que somos un perfecto escenario para una novela negra”, explica la autora, que apunta a que “después de haber tratado el tema de la prostitución en “Operación Dracul”, me apetecía tocar un poco la problemática del tráfico de drogas y otras corruptelas”.

Y es que la corrupción y las drogas son el eje principal de la novela, temas que también están muy candentes en la actualidad. “Hay partidos que tienen más miembros en la cárcel que diputados, lo raro sería que en este país la corrupción no fuera un tema de portada”, comenta. “Para la trama de las drogas también hubo mucha labor de documentación, me fijé en el trabajo del Observatorio de drogas”, apunta Pilar Sánchez Vicente. Una trama que investiga la inspectora Sara Ocaña, llegada a la Cuenca para “curar heridas del pasado”. “Hay heridas que se curan mal”, bromea la autora.

Temas muy diferentes de los que la escritora gijonesa trata en otras de sus obras, pero, ¿cambia mucho escribir una novela histórica a una novela negra? “Para mí la novela negra siempre fue una escapatoria, un trabajo de evasión. Desde pequeña ya leía a autores como Agatha Christie o Perry Mason – personaje que aparecía en las novelas policíacas de Erle Stanley Gardner-. Es un género que tiene que ser muy ágil, muy fluido, que te atrape y que no te haga pensar y que refleje el realismo social”, explica una Sánchez Vicente que reconoce que “habrá más novelas de todo, esto no acaba aquí. Ya tengo empezadas una de cada. La inspectora Ocaña seguirá, no sé si en el Nalón o la llevaré para otro sitio pero continuará… Tengo una escrita para la editorial Orpheus y otra para Roca – “La hija de las mareas” verá la luz este mes de octubre-“.

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