Un retrato de la sociedad. Se podría decir que es una especie de “Aquí no hay quien viva”, pero va mucho más allá de eso. Esto es lo que podemos encontrar en el nuevo trabajo de la escritora gijonesa Aida Sandoval, “La muñeca” (Difácil), que presentó en La Pilarica en un acto en el que estuvo acompañada por Paula Huelga. Temas como la soledad, las diferencias de clase y género o el sexo es lo que veremos en este libro, el tercero que publica tras “Animales hambrientas” y “Golpes de memoria”. En esta ocasión la trama se centra en la vida de una comunidad de vecinos, que bien podría ser la de cualquiera de nosotros.
Esta fue la segunda vez de Aida Sandoval en el espacio cultural de La Pilarica, donde comentó de donde surgió la idea del libro y de la portada en particular. “Cualquier coincidencia con la realidad puede ser cierta. Todos nos parecemos más de lo creemos”, comentó. El amor también aparece en la novela. “Todos sabemos que hay relaciones que nos van a venir mal pero que vamos de cabeza”, explicó, y añadió con respecto al tema del sexo que “es más fácil escribir sobre ello que hablar acerca de ello”.
Las dos protagonistas del libro tienen vidas muy distintas. “Hay una de ellas que lleva una vida muy convencional, está como encasillada. Yo me quedo con que este personaje necesita ese consuelo, decirle que todo va ir bien, darle un abrazo…”, dijo Sandoval. En la novela también aparecen temas como la empatía. “No hay que juzgar a nadie, cada uno hace las cosas cuando quiere. Cada uno somos un mundo, con nuestros miedos y temores. La libertad tiene un precio muy grande. Somos como hormigas que vamos haciendo cosas poco a poco. Tendemos a pensar siempre que al de al lado le va mejor que a nosotros, caemos en esa trampa. Al compararnos con los demás lo que hacemos es menospreciar lo nuestro”, indicó.
“Cada personaje cuenta su historia en primera persona”, explicó la autora. Todos los caracteres del libro tienen diferentes caras, incluida una muñeca hinchable que también aparece en la portada. “Las mujeres muchas veces nos hemos sentido como muñecas. Me gusta pensar que la muñeca es una trampa”, dijo Aida Sandoval, que quiso “volver a jugar a las capas en este libro. Hablo de miedos, de sexo, de soledad, de precariedad laboral y económica, de enfermedad… cada uno va a ver lo que quiera ver. Yo me incluyo en muchos de los personajes, todos tienen algo de mí. Al final nos vemos todos reflejados en el libro”. Así que, no debes preocuparte, nadie sabrá nunca quien eres.
