Noticias

10 NOV

Es para leer con un paquete de pañuelos en la mano

Testimonios, anécdotas y emociones conforman la nueva obra de Manuel Blanco Pacios, “1979, Octubre negro”, que presentó en el espacio cultural de la librería La Pilarica.
Es para leer con un paquete de pañuelos en la mano

“Un hecho que hizo estremecer a toda una comarca”. El escritor Manuel Blanco Pacios narra en su nuevo trabajo, “1979, Octubre negro” (Círculo Rojo Editorial), a través de testimonios de familiares y de personas que vivían y tenían relación con la zona, los hechos que acontecieron en aquel fatídico 17 de octubre de 1979 en el Pozo María, en el municipio leonés de Villablino, en el que perdieron la vida diez mineros. Uno de los accidentes más relevantes y olvidados de la cuenca minera lacianiega. Muchas emociones y sentimientos tienen cabida en la obra, escrita en memoria de las diez víctimas: Basilio Uría Cangas, Manuel Gómez Díaz, Adolfo Real Suárez, Arselí Fernández Díez, Otilio Álvarez Fenández, Alfredo Prieto Suárez, Antonio Restrepo Vior, José Ouviñana Díaz, Emilio Pinillas Álvarez y Manuel González Acero.

- ¿Cómo y cuando surgió la idea de publicar el libro?

Hace dos años y medio surgió la idea de hacer un libro sobre la minería. La idea inicial era que fuera como un homenaje a esa forma de vida, a la cultura minera para que no se pierda. En seis o siete meses plasmamos la idea.

- ¿Fue muy duro el proceso de entrevistas con los familiares?

Las asociaciones de Villablino me ayudaron mucho. Fue complicado al principio, por volver a reabrir las heridas, pero se portaron muy bien conmigo y fueron muy colaborativos. Les estoy muy agradecido.

- Es un libro muy emocionante…

Hay que leerlo con un paquete de pañuelos en la mano. Era la intención, que llegara al corazón de la gente.

- ¿Qué huella dejó el accidente en la comarca lacianiega?

Fue un impacto terrible. Todos te dicen que siempre hubo accidentes y muertos, pero que en un mismo día perdieran la vida diez mineros fue muy impactante. Marcó la comarca durante mucho tiempo; el ambiente estaba triste…

- ¿Con qué anécdotas o curiosidades te quedarías de esos testimonios?

Todas tienen algo importante, pero por destacar alguna… ese relato de la niña en la escalera esperando el abrazo de su padre que nunca llega... Todas dejan una huella, una lección de vida.

- ¿Qué valores de los mineros habría que traer a la sociedad de hoy en día?

Estamos intentando que no se pierda la cultura minera: la solidaridad, la unidad… Los mineros necesitan recuperar esa unión que tenían cuando estaban trabajando para reivindicar esa cultura y manera de vivir.

- “La mina engancha” es una frase que se repite mucho en el libro…

Es como un eslogan reivindicativo. Todos dicen que podían haber trabajado de otra cosa, pero siempre han querido ser mineros.

- Se pueden leer testimonios de mucha de la gente que formaba parte de la vida minera de la época….

Intentan recoger el ambiente del minero, su vida. Donde también estaban los ATS, los equipos de rescate, el bar, los vecinos… Las mujeres de los mineros también jugaron un papel muy importante, eran una pieza clave.

- Este es un libro sobre la minería, pero también ha escrito poesía, literatura infantil o novela histórica, ¿cómo se hace para cambiar de registro y escribir tantos géneros?

La novela histórica es lo que siempre me ha gustado, además tengo apoyo de catedráticos… Luego quise llevar estas historias al terreno infantil. Mi primer libro fue “El misterio de la espada encantada”, y quise que fuera didáctico para los chavales.

- ¿Cómo ve el futuro de las cuencas mineras?

A mi entender, el único futuro que le veo a las cuencas mineras pasa por el turismo. Hay que enseñarlo al mundo. La gente quiere saber cómo era aquella vida minera, cómo eran los trenes, cómo era la cultura minera… Cada vez más gente de fuera se interesa más por esto. Yo creo que tenemos que querernos más nosotros mismos y decir… ¡valemos!

 

Volver a noticias