Un viaje por la vida de Olegario González a través de la poesía. En esta nueva obra del escritor de Laviana, “Un poema cada noche”, encontramos una recopilación de poemas costumbristas, románticos y de minería que el autor fue publicando en Facebook en los últimos años. Ligado al mundo de la decoración, en este poemario habla de la familia y de esos lugares especiales que marcaron su vida, su Laviana natal y su Gijón del alma. Todo un recorrido de sentimientos y de vida.
“Olegario lo ha sido todo en la vida. Todo lo que ha hecho lo ha hecho bien. Y lo principal, lo ha hecho anteponiendo a todo sus valores de amor a la familia y a los amigos, siempre con el ingrediente de la solidaridad”. Así comenzó Antón Saavedra la presentación, describiendo a su compañero y amigo Olegario. Un acto emotivo y cargado de sentimiento, en el que nuestro protagonista explicó de dónde viene su afición por la literatura. “A los catorce años comenzó mi aventura en la poesía, dedicando algún poema a un primer amor”, explicó. Pero pronto arrancó su andadura laboral. “A los 16 empecé a trabajar en el sector de la decoración. Mi vida, hasta hace algunos años siempre fue una lucha feroz por la supervivencia donde no había lugar para la poesía”, reconoció.
No fue hasta hace un tiempo cuando la poesía volvió a su vida para quedarse. “Desde hace seis años publico un poema cada noche en Facebook, como un mero ejercicio mental. Esto es lo que dio origen al título del libro”, detalla. Sin embargo, la escritura se convirtió en algo más que un ejercicio. “Desde entonces la sigo practicando cada día, hasta el punto de que la poesía ha llegado a convertirse en una obsesión”, dijo un emocionado Olegario González, que reconoció que “entre los que publiqué, más los que tengo escritos en mi agenda cuento con más de 2.000 poemas”.
De estos 2.000 escritos, solo algunos lograron entrar en el libro. “Los escogí un poco al azar”, explicó. En estos poemas podemos leer desde textos relacionados con la minería, la amistad, la familia, hasta los lugares más especiales para el autor. “Están relacionados con temas muy diversos, como por ejemplo: la minería, hablando de la tragedia del Pozo Nicolasa; costumbristas; reflexiones; atrocidades de la posguerra y románticos”, apuntó.
Mención especial para aquellos poemas que hablan sobre la familia, como sus hijas o su madre, hasta del lugar donde llegó a la vida. “Nací en una pequeña aldea a la sombra de la gran Peña Mea, entre Laviana y Aller, de la cual recuperé buena parte de su etnografía”, explicó. Tan estrecha es su relación con estos lugares que en la portada del libro podemos ver la imagen de Peña Mea, con su famoso ojo de buey. Aunque también hay una mención especial para su amado Gijón. Todos estos lugares los encontramos en el libro en forma de poemas, que Alejandro Fernández recitó para poner fin a un acto cargado de sentimiento y pasión por la poesía y por la vida.
