Por tierras de León y Castilla, en el marco geográfico y humano de la España vaciada, pueden ocurrir historias reales o inventadas como la que se cuentan en esta novela. Transitan por ella escritores más o menos fallidos, arrieros que leen a Quevedo, mulas disecadas, pintoras colombianas, farmacéuticas feministas, estripers laboriosas, sindicalistas sufrientes, esquiladores uruguayos y amores heterodoxos.