De la montaña como cumbre que conquistar “a mano” (es decir, a pie), seleccionando la ruta (una sola cada vez), deteniéndonos a contemplar lo que hallamos en cada recodo del camino y, sobre todo, recordándonos que lo importante es DISFRUTAR el proceso de coronar la escarpada, y no solo alcanzar la cumbre. A fin de cuentas, a partir de ahí solo hay una salida: hacia abajo.
“La virtud en la montaña” no es un manual de senderismo, de ecología, de política, de economía ni de filosofía, pero tiene mucho de todo ello. Igual que no se ve el paisaje a pie de monte que desde la cima, o que el sol no pega igual a mediodía que al anochecer, este libro nos invita a hacer algo diferente. A poner los ojos, las piernas y el corazón donde la mayoría no querrían más que dejar atrás kilómetros a toda velocidad para luego hacerse un “selfie”, colgarlo en la red y volver pronto a casa para decir que fueron los primeros en llegar (y contar “likes” sin sacar nada más en claro). Esto es otra cosa. Una vindicación (palabra muy querida por su autor) a la reflexión, la calma y la contemplación distendida. Porque a día de hoy, pocas cosas parecen tan contestatarias como recobrar el placer de meditar sin prisa nuestros pensamientos (los propios y los heredados) fuera de los espacios humanos de confort. Y de paso rompiendo tópicos de lo que significa volver a internarse en la naturaleza, ya que Pablo Batalla sabe bien, como los griegos clásicos, que en tanto que seres humanos, somos y seguimos siendo animales de ciudad.
Te esperamos en el espacio cultural de Librería La Pilarica, el martes 11 de febrero, a las 19h
