Beth y Ulf pasan sus vacaciones estivales en una casa situada en una zona boscosa de Suecia. Beth está preocupada por su relación, pues sospecha que Ulf tiene intención de acabar con la misma.
Una tarde, tras una visita a sus padres en la que ha constatado con amargura que la demencia de su madre va en aumento, Beth, acompañada de Ulf, regresa a su casa de veraneo. Su malestar aumenta con la noticia de la huida de dos internos peligrosos de un centro penitenciario de la zona. Con el deseo de olvidar sus preocupaciones, ambos beben algo más de la cuenta. De repente, oyen unos ruidos provenientes del exterior; no hay duda que alguien ronda la casa. Sin pensarlo, Beth decide enfrentarse al peligro. Asustada, y con toda la carga emocional del día acrecentada por el alcohol ingerido, Beth agarra un hacha y al encontrarse cara a cara con un hombre, no duda en descargar un golpe sobre el mismo. Tras comprobar con horror que lo ha matado, toma una decisión muy peligrosa: ocultar el hecho a la policía.
Frimansson demuestra ser un referente del suspense psicológico actual al plasmar con gran realismo cómo la violencia y la muerte entran en la vida de una pareja convencional.