El mejor amigo de Ignacio es su abuelo. "Un pasito y otro pasito", dice el abuelo, que le enseña a su nieto a caminar, a construir torres con bloques de madera y a contar historias.
Cuando el abuelo vuelve de una larga enfermedad, no es el mismo de antes: no se mueve ni reconoce a su familia. Nadie cree que mejore, pero Ignacio le enseñará al abuelo a vivir nuevamente, "un pasito y otro pasito".