"Todos están muertos. Estoy sentada aquí. En una selva. Sola. Muevo los ojos. Veo las hojas, las partes rotas del avión, los cadáveres. Escucho mi respiración. Suena tan trabajosa como la siento, ¡me duele mucho el pecho! Pero respiro."
Así tomaba conciencia Annette de su terrible situación el 14 de noviembre de 1992, en mitad de una jungla montañosa, tras sufrir un accidente aéreo.
Había salido pocos días antes de Madrid, donde trabajaba en el Banco Santander, con destino a Vietnam. El vuelo era el inicio de una escapada romántica de pocos días, pero ahora se encontraba sola. Era la única superviviente de un desastre que también se había cobrado la vida de su prometido. Annette nos describe cómo sobrevivió ocho días sola en la jungla, herida de gravedad y únicamente con agua de lluvia para sustentarse, en una conmovedora narración que entremezcla recuerdos de su pasado con un presente aterrador, en un escenario natural de gran belleza.
El accidente no fue el único reto que tuvo que afrontar a lo largo de su vida. Posteriormente sufriría más pérdidas y se enfrentaría a otros duros momentos, como el diagnóstico de autismo de su hijo. En ellos, a menudo aplicó las lecciones aprendidas durante su experiencia extrema en la jungla, una experiencia que le había enseñado a apreciar en cada suceso inesperado y doloroso, el lado más profundamente humano.
Un testimonio poderoso sobre la capacidad de sanar y seguir adelante, a pesar de todas las turbulencias que puedan surgir en el camino.
