Tom tenía cuatro años y medio cuando murió. De eso hace diez años, y solo ahora el dolor que supuso su pérdida ha empezado a mitigarse. Para su madre es el momento de enfrentarse a los recuerdos, de atar los pequeños fragmentos de verdad que los integran y evitar que el olvido los disgregue. Así, en breves retazos, a la manera de un cuaderno de notas, seguimos la deriva de su memoria a través de los años . en, los que Tom formó parte de su vida, los primeros momentos tras su muerte y, sobre todo, a través de su duelo: una historia privada; íntima, que es a la vez una reflexion sobre la forma en que, la sociedad actual se enfrenta a la idea de la muerte.