Tu primer permanente gastado - le dijo la joven guiñándole un ojo-. Te lo guardo de recuerdo.
¿En serio estaba firmando su propio disco, a miles de kilómetros de su casa? ¿rodeada de sus amigas y de un montón de gente a la que le gustaba lo que hacían?
Si era un sueño, desde luego, no quería que nadie la despertara.