Si las pantallas son perjudiciales para la salud física y emocional de los niños y los adolescentes, ¿por qué nadie hace nada para protegerlos?
No deberías usar pantallas hasta los 16 años y en este libro te damos las claves para entender el porqué. Gracias a la neurociencia, la psicología y el desenmascaramiento de los mitos del marketing, en este libro aprenderás las razones por las que sin pantallas vivirás mucho mejor.
Tu cerebro necesita nutrirse de las experiencias maravillosas del mundo real: aprender, comunicar, amar, sentir y vivir de verdad.