He aquí un verdadero regalo, obviamente no consumista y doble, porque pretende instruirnos en los contenidos y deleitarnos en las formas. Y no porque sea un libro complaciente; más bien resulta inquietante, pero escrito con total afecto por las personas, la sociedad y la naturaleza. Las reflexiones críticas parten de una afirmación básica: la ciudad se ha convertido en mercado y el ciudadano en consumidor. Desde esta perspectiva abundan las propuestas para enfocar un consumo compartido, fortalecedor de las capacidades humanas, responsable socialmente y sostenible. La realidad actual transforma el texto, ya de por si útil, en un vademécum de los nuevos caminos que, en este ámbito, deberían tomarse para que la crisis, también oportunidad, fructificara en una transformación de la economía hacia aquello que constituye su única esencia: la satisfacción de las necesidades de toda la población humana. Harán falta muchos ensayos como este para que, no tan sólo en el consumo, sino también en la producción, la distribución, las finanzas, la res pública, los centros educativos, los medios de comunicación y las valoraciones éticas, aparezcan muchos protozoos insumisos. (Del prólogo de Arcadi Oliveres).