Nada hay imposible para un padre si su hija se encapricha de la luna. Cogerá una escalera muy alta, trepará hasta una gran montaña y desde allí charlará con la luna para ver si se deja atrapar. Como muchos de los libros de Carle, su poderosa ilustración y su gran fuerza plástica nos transmiten una historia cargada de poesía.
Mónica quería jugar con la luna, así que le pidió a su papá que se la bajase. El papá trajo una escalera larguísima y trepó hasta llegar a ella. La luna era demasiado grande, pero le prometió que cada noche se haría más pequeña y entonces se la podría llevar Un libro con páginas desplegables que muestra claramente dónde debe estar la luna.