En verano Claudia debe permanecer estudiando en Madrid. Y para ello se traslada a casa de su abuela, que es china. En ese extraño oasis de paz la joven descubre que la vida casi nunca es como parece. Mientras diseña ideogramas sobre papeles de arroz, la abuela Miao-San desvela retazos de la historia familiar, un pasado que pesa como una losa y, al mismo tiempo, enorgullece a todo aquel que se sabe ligado a él. Claudia conoce así el secreto de Ópalo, su bisabuela, una mujer que tomó parte activa en la época que le tocó vivir.
Claudia no esperaba que la estancia con su abuela, una mujer china bastante enigmática, fuera a cambiar su vida. La anciana narra a Claudia, con trazos suaves, la dura existencia de su bisabuela Ópalo, una irresistible espía en la Gran Guerra. Y mientras enlaza su existencia y sus experiencias con las de Claudia, la abuela le dejará su terrible pasado como legado.