Este pequeño cefalópodo anhela lo que poseen los demás habitantes del fondo marino y él no tiene: la posibilidad de cambiar de color como ciertos peces o la afilada nariz de un pez espada. Por el contrario, detesta lo que lo hace diferente, único y especial: tener ocho brazos.
Es importante que desde los primeros años de la infancia, los niños y niñas conozcan los roles de las personas que conforman su entorno, tanto escolar como familiar (quién es cada uno, a qué se dedica...).