Antes de Arsène Schrauwen y El hombre que se dejó crecer la barba, el dibujante belga provocó el asombro de muchos con este libro transgresor y deslumbrante, que recuperaba la estética de las viejas páginas dominicales de prensa. La gracilidad, el humor ácido y la imaginación desbordan las páginas de estas historias sobre un aristócrata y su poco agraciado hijo. Se presenta así, con nuevo formato y una extensa historia adicional, una de las grandes obras de Schrauwen, en la que el autor considera su edición definitiva.