La verdadera historia de la lista de Kersten, un relato desconocido  de terror, fanatismo, generosidad y heroísmo. Hasta las figuras más temibles de la historia tienen sus debilidades, y  la de Heinrich Himmler fue sin duda su médico, cuyas manos milagrosas  eran las únicas capaces de aliviar sus insoportables calambres  abdominales. Felix Kersten, nacido en Estonia y formado por un maestro  tibetano en Finlandia, era uno de los fisioterapeutas más prestigiosos  de los años treinta, con una agenda internacional de pacientes y un buen  patrimonio. En 1939, recibió la petición de atender a Himmler y, tras  vencer sus dudas iniciales, se convirtió en su médico personal o, en  palabras del Reichsführer, en su «Buda mágico». En lugar de recibir  honorarios, pidió que le remuneraran mediante la liberación de judíos y combatientes de la resistencia. Todos conocemos a Oskar Schindler, que salvó a mil judíos durante la  Segunda Guerra Mundial. Pero sabemos mucho menos de la hazaña de Kersten  y, sin embargo, el Congreso Judío Mundial estableció en 1947 que este  hombre había salvado en Alemania a «unos cien mil prisioneros de  distintas nacionalidades, entre ellos sesenta mil judíos, arriesgando su vida», una cifra sin duda subestimada. Para seguirle los pasos a Kersten, François Kersaudy, gran especialista  en la Segunda Guerra Mundial, se ha sumergido en diarios, notas y  declaraciones en seis lenguas de los principales protagonistas, y emplea  todo este material para narrar de un modo admirable esta trama sin un ápice de ficción. La crítica ha dicho:
«Kersten no alcanzó una gloria similar a la de Schindler. ¿Por qué? Esta  obra -rigurosa, minuciosa, implacable- le otorga un reconocimiento tardío».
Le Point «Increíble pero cierto. Kersaudy conoce los misterios del régimen nazi  como la palma de su mano, y le ofrece la consagración histórica a este héroe a la vez grandioso y modesto».
Le Figaro