Corría el año 1981 al que podríamos calificar de Annus horribilis, ya que, durante el transcurso del mismo, ocurrieron sucesos muy graves y hechos luctuosos, pero también tragicómicos, además de aprobarse la ley del divorcio en España. Norma que causó una gran conmoción en la sociedad española y más sucintamente en la Iglesia católica, que se posicionó totalmente en contra utilizando para tal fin como caja de resonancia púlpitos y terminales mediáticas. La novela se sumerge en un intrincado mar de amores, traiciones, infidelidades y desengaños donde sus protagonistas tendrán que enfrentarse a diversos avatares, eso sí, adaptados ya a la propia normativa vigente. La novela pretende ser fiel reflejo de un tiempo pasado que una sociedad adulta ha superado.