«Esto funciona así: tú te dejas ver y ellos se dejan comer.No es que me resulte agradable, pero a estas alturas no puedo cambiar nada. Ya no. Tal vez porque es demasiado tarde y le he cogido el gusto. A lo mejor, sencillamente, no puedo evitarlo. Para no resultar tan fría, para razonar mi perversidad, mi hambre o mi maldad, podría recurrir al extenso repertorio de enfermedades que se heredan o nos invaden de forma accidental. En un supuesto más fantasioso, podría asumir, por qué no, el rol de heroína o villana, bellas sin alma siempre frías, impasibles e insensibles a las pasiones de los demás, lobas que necesitan sangre robada a traición.Con todo, el asunto no tiene gracia. Ninguna. Mucho menos para quienes caen bajo mi sonrisa y mis garras. Me refiero a mis víctimas.No me dan lástima. No es más que una mera cuestión de supervivencia.Y es que el lobo no siente compasión por el rebaño.Sin embargo, debo aclarar que no soy una devoradora sin escrúpulos, tan cruel y despiadada que no se apena por la desdicha ajena, que disfruta exterminando.Cierto es que no me lamento mucho, pero tampoco lo hago por vicio.Simplemente lo necesito.»
Cuando pruebas el sabor de un hombre, ya no puedes parar. Teresa oculta secretos en sus fogones que logran que sus platos despierten pasiones, pero, a pesar de su exitosa carrera como chef, de su programa de televisión y su faceta como revolucionaria escritora de recetarios, no termina de sentirse satisfecha. Tal vez porque sus amantes desaparecen sin dejar rastro. Puede que por ese hueco de silencio que nadie alcanza a reconstruir en su pasado. Para huir de la soledad, Teresa se obliga a buscar un alma gemela que no termina de encontrar y, decidida a a placar su voracidad, determina volcarse en la cocina, su verdadera obsesión. En sus noches marcadas por los recuerdos y el insomnio creará manjares de sabores inolvidables e imposibles de identificar, tan llenos de misterios como su vida, tan rebosantes de enigmas como los ingredientes que ningún osado ha conseguido descifrar. Tras un brillante debut con su novela Y punto., Mercedes Castro nos sorprende con esta intriga psicológica, un cuento de hadas envenenado, cargado de humor negro y un perverso sentido del suspense, la historia de una mujer fatal que persigue huir de su destino. Mantis, plena de ironía y tensión, nos hará desear conocer mejor a Teresa y, no importa qué delicia nos sirva, sentarnos a comer a su mesa.