Treinta mil kilómetros recorridos, treinta y seis meses de trabajo,ochenta horas de conversaciones, cientos de llamadas telefónicas,decenas de noches sin dormir, docenas de libros leídos, miles deconsultas, de peticiones y de súplicas. Todo esto y una ingentecantidad de voluntad el ingrediente más importante de todos paracualquier empresa que merezca la pena ha sido necesario para poderterminar este libro que tú, lector, tienes ahora entre las manos. Noimporta el motivo que te haya llevado a querer sumergirte en laspáginas que siguen: ¿curiosidad? ¿Interés histórico? ¿Detallesmorbosos de guerra y muerte? ¿Historias asombrosas con final depelícula? Eso poco importa. Yo te voy a contar, con tu permiso, con lo que te vas a dar de bruces si sigues leyendo. Lo que vas a encontrares, simple y llanamente, una serie de testimonios veraces y directosde cincuenta hombres que estuvieron en la División Azul. Lo que vas aencontrar es el testamento histórico de cincuenta señores nonagenarios y centenarios que, en el ocaso de sus vidas, han recordado que unavez fueron jóvenes y se fueron al último confín del mundo a luchar