La novela transcurre en un hotel balneario durante el verano
de 1953, donde un joven aprendiz de escritor ensaya sus
primeras armas literarias. En ese hotel se hospedaba Brigitte
Bardot cuando era todavía una adolescente muy bella y
desconocida. El hotel también fue hospital de sangre durante
la guerra civil en el bando republicano y por allí pasaron John
dos Passos y Dorothy Parker para visitar a los heridos de las
Brigadas Internacionales. Otros muchos artistas dejaron en su
terraza, que servía de teatro, historias románticas en la
memoria. Algunas se recogen en este relato.
Las andanzas literarias del protagonista consisten en escribir
también las vidas secretas de los personajes que habitaban
en el hotel durante las vacaciones del aquel verano. La
conversión ideológica, el placer de los sentidos, el primer
amor se establecen en diversos cuentos que se van
engarzando hasta formar un solo légamo literario donde se
establece la figura de un asesino en medio de una travesía a
la isla del tesoro, una ascensión a la montaña mágica y un
viaje de amor imposible alrededor del mundo.
Una novela sobre el aprendizaje de escritor vista desde la lejanía de la edad. Unos días felices, patéticos, llenos de dicha y de dramatismo.
Verano de 1953. Un hotel balneario en la playa. Durante las vacaciones un joven aprendiz de escritor ensaya allí sus primeras armas. Algunos clientes del Voramar, un asesino, un viejo doctor barojiano, un pez gordo franquista, un coronel navegante, un anciano en silla de ruedas que recibe todavía cartas de amor, forman parte de la galería de personajes. Entre ellos se mueve una turista francesa adolescente, llamada Brigitte Bardot. Todavía no es conocida, pero en esta playa española ya causó escándalo su bikini rojo.
En la terraza del Voramar permanecen también los recuerdos de cuando fue hospital de sangre de las Brigadas Internacionales en la guerra civil y por su ámbito campan las sombras de los escritores John Dos Passos y Dorothy Parker, así como la del cantante de blues Paul Robeson, que pasaron por allí. Aquel verano de 1953 se rodaba en el Voramar una película ambientada en la época de entreguerras y por la terraza se movían también los figurantes, señoras con corpiños y pamelas, caballeros con sombreros de paja dura y cuellos de porcelana.
Reseñas:
«Es escritor valenciano bucea en sus recuerdos para conformar una novela intensa y evocadora de personajes inolvidables.»
Cambio 16
«Manuel Vicent es la alegría contagiosa de tener algo que contar y contarlo magistralmente.»
Babelia