En la calma de una agradable noche de verano, una rana y un sapo contemplan el espectáculo de un cielo estrellado. Cautivados por el misterio de ese inmenso espacio de luz y oscuridad, se preguntan: «¿Cómo es posible que haya tantas estrellas?», «¿qué son realmente esos puntos brillantes que nunca se apagan?». A este diálogo se suman pronto un búho y un pato, que se plantearán nuevos interrogantes.
Laura es una niña muy especial porque sus ojos ven cosas que los otros no ven. Por eso ha aprendido que todas las cosas tienen su corazón, que las cosas sufren si se les hace daño y que se alegran cuando se las quiere. Un entrañable y divertido cuento que nos ayuda a conocer el valor de las cosas y nos enseña a compartir.