A cualquiera se le puede transformar la vida en un único segundo, o en un diagnóstico. Eso le sucedió al autor el 17 de junio de 1998, cuando le asaltó la esclerosis múltiple.
La vida que no he vivido es una impresionante reflexión sobre la capacidad de sobreponerse a las circunstancias más difíciles. Gutiérrez Muñoz, junto con Aurora, su mujer, no ha podido desarrollar el plan vital previsto. Sin embargo, no solo fue capaz de superar el golpe psicológico que supone saberse portador de una enfermedad incurable, sino que ha impulsado numerosos proyectos solidarios en India, Nepal y Ecuador.
Una vida compuesta de varias vidas. Varias vidas impulsadas por el deseo de vivir.