Juan Luis Cano aprovecha para esta novela un punto no demasiado conocido de su biografía: su familia era la propietaria de una conocida funeraria en el madrileño barrio de Carabanchel. A partir del anecdotario familiar, Cano hace una muy particular y castiza versión de A dos metros bajo tierra. Evidentemente, el resultado no está muy lejos de la ironía y la mala leche de algunos de los mejores guiones de Berlanga.
Que el negocio de su familia fuese la funeraria de Carabanchel durante muchos años le ha ofrecido a Juan Luis Cano la coartada perfecta para embarcarse en una historia castiza e irónica, ambientada en los ya míticos años sesenta, que gira en torno a ese oficio.A pesar del título, que para algunos podría insinuar algún vínculo con lo siniestro, el autor garantiza que La funeraria es una novela en la que el humor es una constante de la primera a la última página. A través de unos personajes singulares y de sus definitivamente insólitas peripecias, el lector tiene la diversión asegurada. ¡Hale, a disfutar!Juan Luis Cano nace cuando arranca la primavera del año 1960. Y fue creciendo. Ya desde niño gusta de contar historias y camina por la vida con los ojos y las orejas muy abiertos para empaparse de todo cuanto le rodea. Andando el tiempo se acerca a la Universidad Complutense y, ya que está allí, decide estudiar periodismo. Desde aquel momento no ha dejado de aprovechar todas y cada una de las oportunidades que su profesión le ha ofrecido (radio, prensa, televisión, publicidad, libros?), tanto para contar su visión de la realidad como para dar rienda suelta a su imaginación y adentrarse en el mundo de la ficción.Piensa que el humor es el vehículo en el que se viaja de modo más agradable y por ello lo utiliza sin complejos en cada uno de sus trayectos profesionales. Canta muy bien y tiene un gran regate en corto.