Exiliado en Inglaterra desde 1938, Arturo Barea se dedicó plenamente a la literatura y al periodismo y fue en la paz del country donde terminó la que sería su obra magna, La forja de un rebelde, una trilogía que figura entre las obras maestras de la literatura universal. La primera parte, La forja, apareció el 12 de junio de 1941. En ella, Barea narra su infancia y primera juventud en el Madrid de principios de siglo. Después del gran éxito de La forja, el 9 de julio de 1943, llegó a las librerías inglesas la segunda parte, titulada La ruta, en la que Barea cuenta sus primeros escarceos literarios y, sobre todo, sus experiencias en la guerra de Marruecos. Con la publicación de La llama el 22 de febrero de 1946, la editorial inglesa Faber & Faber concluía la edición de la trilogía La forja de un rebelde. Este último libro afirmó el éxito de la empresa al vender cerca de 6.000 ejemplares en sólo seis meses. La razón fue que Barea, en el relato de su vida, había alcanzado, descrito, sufrido y llorado el 18 de julio de 1936 y los años terribles que le siguieron, hasta su exilio en 1938