El tiempo son tres estrellas y tú lo sabes.
	Hay más y tú lo imaginas y nos miramos.
	Tus palabras firmes y elásticas me resguardan del viento y de la lluvia.
	
	Y esa otra estrella, toma vida propia en el deseo.
	Para algunos queda dicha su luz inmensa y múltiple.
	Tú también la contemplas y la completas con tus ojos claros.
	
	La vida avanza aunque somos huérfanos de padre
	y otros son huérfanos de madre y de casi toda vida,
	en el espejo incluso. Pero cuando reaparece esa estela de luz
	
	y cesa la lluvia nos acunamos y volvemos a estremecernos.