Henry Spencer Ashbee (1834-1900) parecía el típico burgués de la Inglaterra victoriana. Pero tenía una vida secreta. En un apartamento, amontonó durante cuarenta años la colección de libros eróticos más importante del mundo. Además, los describió en tres bibliografías clandestinas, hoy casi inencontrables. En tiempos de intensa represión sexual, la publicación de libros pornográficos estaba prohibida. Viajero, hombre de negocios e hispanista especializado en Cervantes, Ashbee estuvo varias veces en España, donde adquirió libros eróticos y ediciones del Quijote. En 1896, fue elegido Miembro Correspondiente de la Real Academia Española por sus publicaciones sobre Cervantes. Los de la Docta Casa no estaban al corriente de su erotomanía. Consultando sus diarios privados, Gibson demuestra que Ashbee fue el autor de Mi vida secreta, el libro erótico más perseguido del siglo XIX.
