Un hilo perceptible recorre este poemario, calificado por el propio autor como «poemigas», piezas poéticas de corta extensión a modo de greguerías o aerolitos. Una pluma irreverente, divertida;una mirada brillante, irónica y certera al siglo XXI.
«Gamberro del idioma. Sancho Panza del verbo. Quijote hasta el hallazgo. Discípulo fecundo de aquel maestro Cervantes que escribía hicieron fuego ludiendo dos palos secos el uno contra el otro?»
Fernando Beltrán