Pese a su juventud,Yago de Lavalle domina los secretos de la fragua, pero se opone a las prácticas supersticiosas de su gremio, los herreros. Por ello le obligan a peregrinar a Santiago de Compostela. En el camino deberá enfrentarse a peligros diversos a la vez que se convierte en portavoz de un
trascendente mensaje para alcanzar la paz entre los reinos de Aragón y de Castilla.