«Señora Ánser, tengo frío, ¿qué hago ». «Señora Ánser, tengo calor, ¿algún consejo ». «No sé cómo empezar un cuento ¿Puede ayudarme, señora Ánser? ».
Estas y otras preguntas llegan al buzón de la señora Ánser, que las responde una por una. ¿Cuál es la tuya?