ÁBEL APARICIO GONZÁLEZ nació en San Román de la Vega (León) en el año 1980.
Colaboró en el fanzine Creatura de Illescas (Toledo) entre 2010-2014 y actualmente lo hace en el medio digital Astorga Redacción y en el Diario de León con artículos de investigación y viajes en bicicleta de montaña.
Algunos de sus poemas aparecen en los libros Versos para derribar muros (Los Libros de Umsaloua, 2010), Versos a Oliegos (Puente de Letras y Eolas, 2010-2020), Poesía en los bares (Groenlandia, 2012), Lletres Lliterariu (Academia de la Llingua Asturiana, 2012), La luz de mi noche (Lobo Sapiens, 2012), Dolores de poesía en los bares (Vinalia Trippers, 2014), Miles de tierras (Bubok, 2015), Palabras de barricada (Queimada Ediciones, 2015) y Encrucijada:la antología (MUSAC, 2015).
En 2011 ve la luz su primer poemario, en edición bilingüe (llionés y castellano): Tintero de tierra (Lobo Sapiens).
En 2012 coordinó la antología de poesía social Esto no rima (Origami).
En 2015 presentó su segundo poemario, Alboradas en los zurrones del pastor (Marciano Sonoro Ediciones).
En 2017 publicó el libro de viajes La ruta del Tuerto (Ediciones Duerna).
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"¿Dónde está nuestro pan?" recoge tres novelas cortas en las que Abel Aparicio se sumerge, desdibujando la frontera entre realidad y ficción, en la crudeza de la Guerra Civil y en el desolador ritmo marcado por el franquismo en la posguerra. Tres historias que se adentran en parajes ensombrecidos por la soberbia de los vencedores, pero iluminados por el valor, la tenacidad y la perseverancia de los derrotados. El autor construye su territorio literario sobre la realidad de unas comarcas en las que ubica un amplio abanico de personajes que le sirven como altavoz de la memoria. Seres que han dejado un legado de dignidad que ahora, en la más rabiosa actualidad, es recogido por jóvenes que continúan la lucha por el mantenimiento de una sociedad más justa y libre.
Dos nexos conectan los tres relatos: por un lado la mina, motor económico de la tierra leonesa y caldo de cultivo de un vínculo obrero que trascendía más allá del tajo, y por otro la incuestionable importancia de la mujer en contextos como el medio rural, las políticas de cercanía o la preservación de los ideales que el régimen aplastó salvajemente. Mujeres que plantan cara a la hostilidad, que se dejan la piel en trabajos de extrema dureza, que son capaces de unirse, ayer y hoy, para crecer y para vencer.