En 1927 en ecuatoriano Pablo Palacio escribe Débora, novela antirromántica por excelencia en la que el amor no es más que un deseo y una búsqueda, la añoranza de algo imposible. La novela trata del proceso de construcción de la novela misma, sin situaciones ni tramas definidas. El personaje central, Teniente, referencia al golpe militar de los tenientes que se produjo en Ecuador en 1925, es una figura alegórica que busca el amor con desesperación. Débora, que da nombre al libro, es una referencia bíblica: la mujer que son dos mujeres a la vez. Teniente busca, como en una película, el amor, pero sólo encuentra ridículas situaciones románticas de amor no correspondido y la permanente imposibilidad de materializar un sueño
Como todos colman el recuerdo con alguna dulzura, es preciso entrar en las suposiciones, buscando el artificio, y dar al Teniente lo que no tuvo, la prima de las novelas y también de la vida, que trae fresco olor de membrillo. Pero la historia no estará aquí: se la ha de buscar en el índice de alguna novela romántica y así tendremos que unas manos blancas acariciaron unos cabellos rubios y que el propietario de estos cabellos sentía crecer la malicia desde el cuero cabelludo, malicia soñolienta. Este supuesto recuerdo, que debe estar en los arcones de cada hombre, hace suspirar al Teniente.