A finales del siglo XVIII, tres adolescentes alumnos de teología enTubinga distribuyeron sus vocaciones: H"lderlin, la poesía; Schelling, la mitología y Hegel, la filosofía, que se sitúa en la cúspide de lapirámide de los saberes. Es la que, según otro poeta, Octavio Paz, semete siempre donde no la llaman. Hegel se propuso unas musculosastareas y las cumplió toda su vida: germanizar la Ilustración francesa, refundar el cristianismo y redactar la historia universal.
Hegel fue una suerte de faraón del conocimiento, según lo vioOrtega y Gasset. Se valió de un lenguaje oscuro, cancilleresco yselvático pero también montó relatos y se valió de metáforas. DanielInnerarity descubre la almendra de su estilo: la razón narrativa. Asíhizo desfilar a personajes, paisajes, escenas, viñetas, historias ehistorietas. Echó mano de ciertas metáforas a guisa de categorías: laprosa del mundo, el alma bella, la zoología del espíritu, el mundo delas cosas, el curso del mundo. Era y es un hombre de Occidente al cual el mundo le resulta indispensable. Este libro es una crónica de viaje a través del orbe hegeliano y, p