El sistema electoral ha jugado un papel fundamental en la consolidación de nuestra democracia de partidos. Sin embargo, en los últimos años no han dejado de realizarse críticas a algunos de sus elementos. De ahí la necesidad de realizar un análisis riguroso de los efectos que el mismo sistema provoca y de las reformas que sería oportuno realizar. Todo ello sin perder de vista que las normas electorales son sólo una variable más del sistema político y que muchas de las insatisfacciones que éste genera proceden del funcionamiento de los partidos, esas poderosas maquinarias que con frecuencia olvidan el mandato de democracia interna exigido por nuestra Constitución.