Siempre ocurre así.
Un día de septiembre, alguien hace una rareza más rara que las habituales y a partir de ese momento, durante un mes y a veces hasta dos, en Fairy Oak queda desterrada la normalidad. La llaman «Danza de las Locuras de la Estación». Lo que sucede en esos días es hilarante y precioso, porque cada cual parece de verdad dar lo mejor de sí en fantasía, fuerza, habilidad y
excentricidad.
Tampoco los árboles se quedan atrás, el valle entero parece embrujado.
Y Flox tiene una teoría al respecto: que basta con mirar los ojos de quienes danzan para comprender que
Pero dejemos que lo diga la propia Flox, pues este misterio lo revela ella, la chica arco iris, la amiga del alma de Vi y Babú.
Esta historia está dedicada a ella y a la amistad, esa que, mires adonde mires, te la encuentras y que a veces te deja cardenales.
Y no solo en la piel