Entre 2003 y 2011, el grupo terrorista conocido como Al Qaeda en Irak (AQI) estuvo entre los elementos más peligrosos y brutales de la insurgencia iraquí que nació tras el colapso del régimen de Saddam Hussein. Dirigida por el yihadista jornado Abu Musab al-Zarqawi, buscaba provocar un conflicto sectario que destruyera el gobierno iraquí recientemente democratizado y permitiera la formación de un autoproclamado "Estado islámico". Las fuerzas del gobierno iraní, apoyadas por una coalición liderada por Estados Unidos, lograron suprimir los disturbios civiles y llevaron al AQI al borde de la derrota total en 2010. Sin embargo, la retirada de Estados Unidos de irak al año siguiente, combinada con el estallido de una guerra civil en la vecina Siria, permitió que el grupo terrorista regresara.