Quien abra las páginas de este libro maravilloso sabrá, en primer lugar, por qué fue necesario que un ministro británico resultase herido en la nalga izquierda para que Darwin llegase a escribir El origen de las especies. Atrapado por esta fascinante historia, el lector irá disfrutando de otras muchas en las que se habla de dinosaurios, de por qué los teclados de los ordenadores tienen las letras distribuidas de manera absurda e ineficaz, del orgasmo femenino y los errores de Freud, de las maravillas del ornitorrinco, del viaje censurado de Gulliver... Desde luego que Gould pretende entretenernos, pero lo que le importa, sobre todo, es familiarizarnos con la realidad de la ciencia y mostrarnos cuánto importa su conocimiento para nuestras vidas.